La respiración bucal es un hábito muy común en
pacientes en edad de desarrollo, a causa de obstrucciones de las vías aéreas
superiores, desvió del tabique nasal, adenoides inflamadas, etc. Aunque la
mayoría de estos pacientes puede respirar por la nariz y por la boca, cuando la
respiración por la cavidad oral se torna crónica, empiezan a existir cambios
tanto a nivel de oclusión como a nivel facial, lo que muchos autores se
refieren como ¨facies adenoideas¨, cara alargada, ojos caídos, ojeras, nariz
estrecha, narinas pequeñas, labio superior corto e incompetente y labio
inferior grueso, o el también llamado ¨síndrome de la cara larga¨ por la
posición siempre abierta de la mandíbula para permitir el paso del aire.
Aunque la respiración bucal no se encuentre asociado a ningún tipo de mal
oclusión, este habito si puede llegar a producir problemas dentarios como son
mordida abierta, mordida cruzada posterior uni o bilateral, maxilar superior
más profundo y estrecho, y una hiperplasia gingival.
Existe correlación entre el hábito y las anomalías dentoesqueléticas.
El odontólogo tiene como responsabilidad reconocer el hábito en los pacientes
que acudan a su consulta para poder referirlo oportunamente a un
otorrinolaringólogo y así poder trabajar interdisciplinariamente para poder
resolver el problema.
Los respiradores bucales se pueden dividir en dos grupos, los cuales
presentan etiologías diversas.
- Verdaderos respiradores bucales.Los verdaderos respiradores bucales pueden presentarse como consecuencia de las siguientes causas: obstrucciones funcionales, mal hábito respiratorio, e hiperlaxitud ligamentosa.Entre las de OBSTRUCIONES FUNCIONALES podemos tener: hipertrofia de cornetes, secreciones nasales abundantes, hipertrofia de adenoides, atresia o estenosis de coanas, hipertrofia severa de amígdalas, rinitis alérgica, procesos inflamatorios (infecciones), tumores, pólipos, entre otros.Los respiradores bucales por MAL HÁBITO RESPIRATORIO en general son pacientes que en algún momento tuvieron algún factor obstructivo presente, como deglución atípica, interposición lingual y succión del pulgar entre otros, que condicionaron este tipo de respiración, y que el paciente la mantuvo a través del tiempo a pesar de haber desaparecido la causa obstructiva inicial.Además existen pacientes que tienen una HIPERLAXITUD LIGAMENTOSA, característicamente son niños que tienen alteraciones posturales producto de su hiperlaxitud. Estos niños tienen una gran capacidad de flexionar sus articulaciones, frecuentemente tienen problemas de pie plano, pueden tener alteraciones en la posición de la columna y rodillas y la mandíbula inferior tiende a caer y el paciente abre la boca, esto último puede favorecer una respiración bucal.
- Falsos respiradores bucalesLos Falsos Respiradores Bucales son niños que tienen la boca abierta; pero respiran por la nariz, algunos tienen interposición lingual entre las arcadas dentarias, y en otros casos se aprecia la boca abierta con la lengua apoyada sobre el paladar duro, en ambos casos son niños que tienen la boca entreabierta; pero no pueden respirar por la boca ya que está obstruída la respiración por la boca. (3)
METODOS DIAGNOSTICOS.
Examen de la función respiratoria.
Para poder evaluar si un paciente es respirador bucal o no, debemos estar
atentos de su manera de hablar, de expresarse, sus rasgos y características
faciales, y si mantiene los labios cerrados o abiertos cuando está en reposo.
Posteriormente procedemos a la anamnesis y al interrogatorio clínico de sus padres.
Finalmente debemos evaluar clínicamente la presencia de mal oclusiones, la
posición de la lengua, la forma del paladar, si posee incompetencia labial y la
presencia de gingivitis, que son parte de las características que poseen los
pacientes respiradores bucales.
Al momento del examen clínico es importante tomar en cuenta el fenómeno del
¨Ciclo Nasal¨, el cual es un esquema donde la corriente de aire es alternada,
entre una cavidad y la otra. Dicho fenómeno ocurre entre el 72% a 82% de los
individuos, y normalmente se requieren de tres a cuatro horas para completarlo.
Durante este ciclo el flujo de aire nasal total permanece constante por lo que
se refleja como un proceso fisiológico. Cuando llega un paciente a nuestro consultorio
que presenta una alteración respiratoria, que lo obliga a respirar por la boca,
debe ser remitido a un doctor otorrinolaringólogo infantil, aquí presentamos
unos test muy sencillos que nos pueden corroborar en un consultorio
odontológico que el paciente tiene una patología asociada a un problema respiratorio.
El reflejo nasal de Gudin.
El paciente debe mantener la boca bien cerrada, el operador comprime las alas
de la nariz durante 20 a 30 segundos, soltándolas rápidamente; la respuesta
refleja será una dilatación inmediata de las alas nasales, en pacientes
respiradores bucales la dilatación será muy poca o inexistente y por lo general
tienden a auxiliarse abriendo ligeramente la boca para inspirar.
Apagar la vela.
Se coloca una vela encendida a una distancia prudencial cerca del orificio
nasal (una vez por cada lado) y el paciente debe soplar por la nariz para
apagarla. Si el paciente no puede apagar la vela de alguno de los dos lados
puede haber una obstrucción nasal respiratoria de ese lado.
El algodón.
Se acerca un pequeño trozo de algodón al orificio nasal (una vez por cada lado)
y el paciente debe inspirar y expirar, debiéndose observar el movimiento del
algodón ante la corriente de aire. Si el algodón no se mueve de alguno de los
dos lados puede haber una obstrucción nasal respiratoria de ese lado.
El espejo de Glatzel.
Colocamos un espejo bajo la nariz del paciente y le indicamos que inspire y
espire. El espejo se empañara simétricamente, si el espejo no se empaña de
alguno de los dos lados puede haber una obstrucción nasal respiratoria de ese
lado.
En los dos últimos test debemos estar atentos al ciclo nasal. Estos estudios
diagnósticos no son definitivos ni fiables, la respuesta definitiva de si
existe o no una obstrucción respiratoria nos la va a dar el otorrinolaringólogo
quien hace pruebas con instrumentos especiales.
Manifestaciones clínicas de pacientes
respiradores bucales.
Para establecer un mejor diagnóstico, hay cambios tanto faciales, bucales,
esqueléticos, psicológicos o psicosociales que se presentan en los pacientes
que son verdaderos respiradores bucales.
Cambios Faciales:
- Aumento
del tercio facial inferior.
- Rasgos
faciales típicos de la facies adenoidea incluyen, cara estrecha y larga,
hipodesarrollo de los huesos propios de la nariz, ojeras profundas, ojos
caídos, boca abierta, incompetencia labial.
- Piel
pálida.
- Mejillas
flácidas.
- Hipertrofia
del músculo borla del mentón.
- Labio
superior corto e incompetente.
- Labio
inferior grueso.
- Labios
agrietados, resecos, con presencia de fisuras en las comisuras (queilitis
angular) podría conseguirse candidiasis.
- Posición
más enderezada de la cabeza.
Cambios bucales:
- Mordida
abierta anterior con o sin interposición lingual.
- Mordida
cruzada posterior, uni o bilateral.
- Mordida
cruzada funcional unilateral por avance mesial de uno de los cóndilos y,
en casos de mordida cruzada bilateral, la mandíbula adopta una posición
forzada de avance produciendo una falsa clase I.
- Posición
baja de la lengua con avance anterior e interposición de la misma entre
los incisivos.
- Arcada
superior en forma triangular.
- Estrechez
transversal del paladar, acompañada de una protrusión de la arcada
superior e inclinación anterosuperior del plano palatino, a causa de la
acción compresiva de los músculos buccinadores a nivel de la zona de los
premolares, ya que el equilibrio muscular se encuentra afectado por la
posición baja que la lengua adquiere para el paso y la salida del aire.
- Opacidad
e hipodesarrollo de los senos paranasales, que forman la base de la arcada
dental superior.
- Presencia
de hábitos secundarios (deglución atípica, succión labial), que agravan la
posición de los incisivos.
- Apiñamiento.
- Rotación
mandibular hacia abajo hacia atrás.
- Predominio
de los músculos elevadores del labio en detrimento de los músculos paranasales,
que se deben insertar en la parte anterior del maxilar y favorecen el
crecimiento anterior de la premaxila.
- Egresión
de dientes anteriores superiores e inferiores o posteriores.
- Gingivitis
crónica (encías sangrantes e hipertróficas), consecuencia de la
deshidratación superficial a que son sometidas por falta del cierre bucal
y del paso del aire.