Como en todos los ámbitos de la vida, existen mitos o
leyendas urbanas sobre la salud Bucodental. Hoy hemos pensado que estaría bien
echar un ojo a algunos de ellos, que tenemos muy afianzados en nuestro día a día.
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Los cepillos duros, hacer un cepillado
brusco y los enjuagues fuertes limpian mucho mejor. Este es uno de los
mitos más extendidos. Usar un cepillo
con cerdas muy duras o realizar brusco un cepillado, será la causa de desgaste
del esmalte y de retracción de las encías. Los enjuagues muy fuertes contienen un mayor
porcentaje de alcohol y alteran la saliva produciendo sequedad de los tejidos,
es recomendable un enjuague suave, dará los mismos resultados sin provocarnos
alteraciones.
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Comer chicle después de comer sustituye el
cepillado. El chicle aumenta la salivación y el PH de la boca, pero eso
no quiere decir que sea un sustitutivo del cepillado diario. Dentro de la gama
de chicles es mejor los que contienen xilitol porque así evitamos los que
tienen azúcar.
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Las limpiezas bucodentales estropean el
esmalte. La limpieza dental no daña el esmalte, ya que los aparatos que
se usan lo que producen son unas ondas vibratorias que acaban con el "sarro"
de la superficie del diente.
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Es normal que sangren las encías con el
cepillado. Esto es absolutamente falso, ya que el sangrado de las encías
suele estar relacionado con la existencia de bacterias patógenas, que pueden dar lugar a
enfermedades como la gingivitis.
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Es bueno pasarse el palillo de dientes.
Esta afirmación es falsa. Los palillos no están diseñados para quitar la placa
de los dientes y pueden producir lesiones. Para limpiar el espacio entre los
dientes lo idóneo, es la seda dental
cuando apenas hay espacio entre los dientes o bien un cepillo interproximal, cuando
hay un espacio suficiente.
Esto es solo una pequeña parte de los mitos creados alrededor
de la salud Bucodental. La mayoría por tradiciones que hemos ido siguiendo
durante años y años. Ahora nos toca ir erradicándolas poco a poco.
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